(Marcelo Mojica. Club de Astronomía Icarus)
A
principios del siglo XX, cuando la astronomía observacional aún dependía en
gran parte de telescopios ópticos y el dibujo a mano era una herramienta
científica esencial, el geólogo y sedimentólogo alemán Johannes Walther
contribuyó con una mirada particular sobre la superficie de la Luna. Su
interpretación de los cráteres lunares, aunque acertada en parte, también
contenía errores que hoy ofrecen una ventana fascinante al desarrollo del
pensamiento científico sobre nuestro satélite natural.
Walther
fue uno de los primeros científicos en proponer que los cráteres lunares no
eran de origen volcánico, como muchos de sus contemporáneos creían, sino que
habían sido formados por impactos de cuerpos celestes. Esta hipótesis, que hoy
es el consenso científico, representaba en su tiempo una visión audaz y
progresista. El argumento de Walther se basaba en la morfología de los
cráteres: su forma circular, la simetría de sus paredes y el material eyectado
que los rodea. Estas características, argumentaba, coincidían más con los
efectos de una colisión violenta que con procesos volcánicos internos. [1]
Sin
embargo, su trabajo también ilustra cómo incluso las ideas más avanzadas pueden
verse limitadas por la tecnología o la información disponible en un momento
dado. En una de sus ilustraciones más conocidas, Walther presenta un dibujo
detallado de la región sur de la Luna, en el que intenta identificar los
principales cráteres visibles. Aquí es donde comete un error que ha llamado la
atención de historiadores y astrónomos por igual: identifica erróneamente el
prominente cráter Clavius como Cuvier. Fig.1
Fig. 1 Walther, 1908 publicó
un dibujo de un "cerro anular" de la luna (Originalmente de Gilbert,
1893: Bull. Phil. Soc. Washington; vol XII, Pl. 2). Es la estructura "Cuvier"
con un diámetro de 228 km y una profundidad de 3000 metros.
Este
error de identificación puede parecer menor desde la perspectiva actual, pero
pone en evidencia las dificultades que enfrentaban los científicos al trabajar
con observaciones telescópicas limitadas. Clavius, uno de los cráteres más
grandes de la Luna y fácilmente reconocible por su forma circular y los
cráteres más pequeños que se alinean dentro de él, es una estructura de
referencia en cualquier mapa lunar moderno. Cuvier, en contraste, es un cráter
más pequeño y menos prominente. La confusión probablemente surgió por la
orientación del dibujo o una interpretación errónea de las proporciones
observadas.
En
el presente artículo se muestran imágenes actuales de ambos cráteres, Fig.2, tomadas
del Virtual Moon Atlas V8.2, junto con el dibujo original de Walther. Esta
comparación revela con claridad tanto la agudeza de sus observaciones como los
límites de su exactitud. Aunque se equivocó en la identificación específica, el
trazo del dibujo sugiere un conocimiento detallado de la superficie lunar,
dentro de los márgenes que le permitía su tecnología. [2]
Fig.2 Se
observa, superpuesto sobre el mapa del Virtual Moon Atlas, el dibujo de
Walther, evidenciándose que el cráter dibujado es Clavius y no Cuvier
El
legado de Johannes Walther en la ciencia lunar no radica solamente en su error,
sino más bien en su disposición a cuestionar teorías establecidas. Su hipótesis
sobre el origen por colisión de los cráteres fue pionera y, aunque no fue adoptada
de inmediato, sembró una semilla que más tarde germinaría con el desarrollo de
la geología planetaria en el siglo XX.
Hoy,
gracias a las misiones espaciales y a la disponibilidad de imágenes de alta
resolución, podemos identificar con precisión estructuras como Clavius y
Cuvier. Sin embargo, es fundamental recordar que estos avances fueron posibles
gracias a generaciones de científicos como Walther, que se atrevieron a mirar
la Luna no solo con los ojos, sino con una mente abierta al cambio de paradigmas.
Bibliografia
1.
https://www.geovirtual2.cl/geoliteratur/Walther/013CerroLuna-Walther.htm
2.
Virtual Atlas of the Moon V8.2.
Freeware
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