viernes, 26 de octubre de 2018

NUESTRAS OBSERVACIONES LUNARES EN “THE LUNAR OBSERVER” DE OCTUBRE 2018



Con orgullo presentamos un número más de la revista más prestigiosa de observación lunar del planeta: “The Lunar Observer”, publicada mensualmente por la ALPO (Association of Lunar and Planetary Observers). Afortunadamente, hemos logrado afianzar una tradición: ya son 39 números consecutivos en los que aparecen colaboraciones nuestras. Y en este número, dimos un paso adelante, ya que sumamos a nuestros aportes habituales (observaciones, textos relacionados y contribuciones al “Lunar Geological Change Detection Program”) un estudio histórico sobre una obra fundamental de la astronomía lunar, la “Selenographia” de Johannes Hevelius (con traducción de un capítulo incluida), que se puede leer en las páginas 8 a 10. Este estudio se publicó en una entrada anterior.
La revista se puede descargar de la web de ALPO: http://alpo-astronomy.org/ y también del siguiente link:
En la sección “Lunar topographical studies” se mencionan las siguientes observaciones (pág.17):

ALBERTO ANUNZIATO - ORO VERDE, ARGENTINA. Digital images of Aristarchus & Lavosier A, Menelaus.
FRANCISCO CARDINALLI - ORO VERDE, ARGENTINA. Digital images of Copenicus, MonsPico & Schickard.
MAURICE COLLINS - PALMERSTON NORTH, NEW ZEALAND. Digital images of 6, 9 & 10 day Moon, Alphonsus, Apennine Mountains, Copernicus(2), Mare Nubium, Plato(2), Sinus Iridum, Theophi-lus & Tycho.
JOHN DUCHEK – St. LOUIS, MISSOURI, USA. Digital image of 3rd quarter Moon.
WALTER ELIAS - ORO VERDE, ARGENTINA. Digital images of Aristarchus, Brenner(2), Fapri-cius, Gassendi, Grimaldi, Langrenus, Mare Crisium & Petavius.
HOWARD ESKILDSEN - OCALA, FLORIDA, USA. Digital images of Archimededs, Montes Ap-ennines & Sinus Aestuum-MareVaporum.
JUAN CRUZ FRONTÁN - ORO VERDE, ARGENTINA. Digital image of Aristarchus.
RICHARD HILL – TUCSON, ARIZONA, USA. Digital images of Furnerius, Petavius & Theophilus.
JERRY HUBBELL – LOCUST GROVE, VIRGINIA, USA. Digital image of 25 day Moon.
DAVID TESKE - LOUISVILLE, MISSISSIPPI, USA. Digital image of Vallis Rheita.

Y se eligieron las siguientes imágenes para ilustrar la sección:
Aristarchus (Alberto Anunziato):

Lavoisier A (Alberto Anunziato):
Mons Pico (Luis Francisco Alsina Cardinalli):
Brenner F (Walter Elias):

Aristarchus (Juan Cruz Fontan):

En la sección “Bright Lunar Rays Project” (página 21) se incluyeron 2 imágenes:
Copernicus (Luis Francisco Alsina Cardinali):
Proclus (Walter Elias):

En la Sección “Lunar Geological Change Detection Program” (págs. 22 y siguientes) aparecen nuestras colaboraciones con este programa dirigido por al astrofísico inglés Anthony Cook cuyo objetivo es analizar reportes históricos de Fenómenos Lunares Transitorios y revisar la gradación otorgada a los mismos:
Reports have been received from the following observers for August: Jay Albert (Lake Worth, FL, USA - ALPO) observed: Archimedes, Aristarchus, Madler, Mare Crisium, Plato, Proclus, Ross D, Sinus Iridium, Theophilus and several features. Alberto Anunziato (Argentina - AEA) observed/imaged: Alpetragius, Alphonsus, Copernicus, Fracastorius, Mare Crisium, Mons Pico, and Plato. Ciro Barbero (Argentina – LIADA) observed/imaged: Aristarchus and several features. Thomas Bianchi and Liviano Betti (Italy – UAI) imaged several features. Francisco Alsina Cardinali (Argentina – UAI) imaged Aristarchus and Schickard. Jario Andres Chevez (Columbia - LIADA) imaged Kepler and several features. Maurice Collins (New Zealand – ALPO/BAA/RASNZ) imaged: Clavius, Copernicus, Ptolemaeus, Theophilus, and several features. Marie Cook (Mundesley, UK – BAA) observed Alphonsus. Pasquale D’Ambrosio (Italy – UAI) imaged Aristarchus. John Duchek (Carrizozo, NM, USA - ALPO) videoed Earthshine. Collin Ebdon (Colchester, UK – BAA) observed Montes Teneriffe. Walter Elias (Argentina – AEA) imaged Brenner, Grimaldi, Kepler, and Plato. Valerio Fontani (Italy – UAI) imaged Plato, Tycho, and several features. Juan Cruz Frontan (Argentina – AEA) imaged Aristarchus. Rik Hill (Tucson, AZ, USA – ALPO/BAA) imaged: Lacus Mortis, Theophilus, and several features. Jean Marc Lechopier (France – UAI) imaged Copernicus. Leonardo Mazzei and Luca Nerli (Italy – Gruppo Astrofili Montagna Pistoiese / UAI) imaged the Cichus area and Jansen. Camilo Satler (Argentina – UAI) imaged several features. Franco Taccogna (Italy – UAI) imaged Montes Teneriffe. Aldo Tonon (Italy – UAI) imaged Aristarchus, Copernicus, Montes Teneriffe, Plato, Tycho, and several features. Gary Varney (Pembroke Pines, FL, USA, ALPO) imaged several features.
Nos enorgullecemos de ser, como asociación, parte fundamental de este importante estudio PRO-AM (colaboración entre astrónomos profesionales y amateurs).
En las páginas 23 y 24 una imagen de Walter Elias permite un análisis de una reporte de FLT en 2012 en Brenner F:

Figure 3. The Janssen area of the Moon orientated with north towards the top. (Top Left – Top Right) An image sequence by Maurice Collins (ALPO/BAA) obtained on 2012 May 25 UT 05:35, with the central image showing an area with a bright spot on Brenner F. (Bottom Left) An image by Walter Elias (AEA) taken on 2018 Aug 15 UT 21:38 which covers the area indicated in the yellow box above. (Bottom Right) The same image by Walter, but blurred and shrunk to match the resolution and image scale in the images by Maurice Collins.
Una imagen de Camilo Satler permitió reproducir las condiciones de iluminación normales de Censorinus al momento de producirse un FTL en 1988 (página 25):
Una imagen de Aristarchus de Francisco Alsina (página 27) permite analizar dos FLT que se remontan a 1888 y 1897:

Una imagen de Alberto Anunziato (página 28/29) de Proclus sirvió de base para el análisis de un FLT de 1865:
Figure 11. Mare Crisium as imaged by Alberto Anunziato, on 2018 Aug 26 UT 03:50, and orientated with north towards the top. (Left) Original image. (Right) Non-linearly contrast stretched and high pass filtered version.
Una imagen de Aristarchus de Juan Cruz Fontan (página 29) permitió determinar las condiciones de iluminación normales de Aristarchus en el momento de la lunación en que se produjo un reporte de anomalía en 1975 (que no se repitió):
Figure 12. An image of Aristarchus by Juan Cruz Frontán (AEA) taken on 2018 Aug 28 UT 01:05, orientated with north towards the top.

sábado, 13 de octubre de 2018

COPERNICUS EN EL TERMINADOR EN “SELENOGRAPHIA” DE JOHANNES HEVELIUS


Traducción del artículo “COPERNICUS EN EL TERMINADOR EN “SELENOGRAPHIA” DE JOHANNES HEVELIUS”, por Alberto Anunziato y Juan Manuel Biagi, aparecido en la edición de octubre de 2018 de “The Lunar Observer”

Uno de los libros astronómicos más apasionantes es sin dudas “Selenographia” de Johannes Hevelius. Si bien no fue el primer atlas lunar (el de Francesco Fontana se publicó un año antes) fue el más influyente por más de un siglo. Sus cuatro mapas generales de la Luna y sus cuarenta dibujos de las distintas fases de la lunación, todos acompañados de minuciosas descripciones producto de sus observaciones entre noviembre de 1643 y abril de 1645, solo fueron superadas por los selenógrafos del siglo XIX. Auténtico fruto de la era de los descubrimientos, las observaciones de Hevelius descubrían un nuevo mundo, totalmente distinto a la concepción aristotélica de la Luna lisa y brillante que Galileo Galilei había dinamitado con sus observaciones telescópicas de 1609. En este libro de 1647 el paradigma de la Luna es el de un mundo similar a nuestra Tierra (“La Luna puede llamarse con fundamento “Antitierra”, pues es similar a nuestra Tierra con océanos, islas, pantanos, campos, montes y valles”, página 225). De hecho, la concepción barroca de una Luna que podría estar habitada como en el “Viaje a la Luna” de Cyrano de Bergerac se apoya científicamente en nuestro autor. Pero no se trata solamente de un mero atlas, sino que también es un compendio de las teorías sobre la constitución de nuestro satélite, desde los griegos hasta el estado del arte de la época. Además el autor nos cuenta como construyó sus telescopios, como realizaba las observaciones e incluso como lidiaba con lo que los observadores lunares conocemos muy bien: las limitaciones de nuestros dibujos respecto a lo que observamos con nuestros ojos (“comprenderás cuanta atención y diligencia del dibujante se necesitan… el cultor de la astronomía sabe que más importante que los ojos son las manos para dibujar lo que aquellos ven”, páginas 210/211). Hevelius fue el primero en comprender la importancia del conocimiento de la geografía terrestre para entender el nuevo mundo y de la necesidad de una nomenclatura científica común que permitiera la comunicabilidad de las observaciones “no habría astronomía si no pudiéramos distinguir los astros con un nombre propio”, página 223). Desistió de su idea de usar nombres de astrónomos antiguos y modernos y propuso nombrar los accidentes geográficos lunares con nombres de los accidentes geográficos terrestres, para evitar “la envidia y la enemistad” que pudieran suscitarse por sus olvidos u omisiones (años después Giovanni Riccioli no tuvo el mismo temor y nos legó la nomenclatura actual).
El capítulo que elegimos para traducir (“Caput XX”, páginas 344/345) ilustra dos cuestiones teóricas importantes al momento de la publicación de nuestra obra: la existencia de montañas en la Luna y la naturaleza de las grandes manchas (nuestros maria). Ya Galileo había deducido la existencia de montañas de la forma de las sombras en la zona del terminador. Al momento de la lunación (colongitud 21.6º, 68.4º de iluminación) al que se refiere Hevelius en el capítulo que tradujimos el terminador cruza recto por Mare Imbrium. Galileo había reflexionado sobre la naturaleza de las “maculas magnas” (grandes manchas oscuras): ¿eran selvas? ¿eran mares, como había pensado en un principio? En “Dialogo dei massimi sistemi” asegura que son llanuras (páginas 136/137). Hevelius parece no arriesgar juicio en el capítulo traducido: “Per aquas, aut si mavelis, per spatiosissimam quandam planitiem”(“ por aguas o, si se quiere, por espaciosas llanuras”, página 344), quizás por respeto a su venerado Galileo, pero para él “la superficie iluminada de la Luna es tierra, las grandes zonas oscuras son aguas” (página 151), citando a Kepler. La descripción de la zona en la que el terminador es recto comienza desde el norte del Mare Imbrium (Mediterraneum) pasando por los Montes Recti (Insula Majorica), el nimbo de Copernicus (Sicilia), y Bullialdus (Insula Creta).  En la nomenclatura de Hevelius Mons Aetna es el cráter Copernicus y su nimbo se llama Insula Sicilia. Copernicus sirve como argumento para probar la existencia de montañas: si pertenece a la parte continental (hoy diríamos “tierras altas”) debería ser brillante pero el valle (el cráter) se ve oscuro por las sombras que proyectan los montes que lo circundan (hoy diríamos sus paredes).
 “Si hay un momento en el que el confín entre las partes oscuras y las iluminadas (terminador) se dibuja de manera regular y mínimamente rugoso y sinuoso, ciertamente es en esta fase, en la que se distingue claramente como corta el Mare Mediterraneum alrededor de la Insula Majórica, Sicilia, Zacynthum e intersecta Creta, entonces se puede observar la más larga línea que cruce un mar lunar. Por los lugares que cruza dicha línea, casi siempre por aguas o, si se quiere, por espaciosas llanuras, dicha línea se extiende precisa, muy recta y muy plana. Las áreas menores que brillan fuera de la zona del terminador son las cumbres de montañas e islas. El gran círculo brillante en el centro aproximado de la zona iluminada es el Mons Aetna de Sicilia, cuyo valle en este momento está completamente oscuro, nunca se lo podrá ver más oscuro, ya que el Sol (hablando con propiedad) se está levantando y solamente las pendientes de éstos montes toca ligeramente con su luz. Esta Isla Sicilia precisamente en esta fase aparece más oscura, al punto de que no hay gran diferencia entre su coloración y la del Mare Mediterraneum. Nos preguntamos: ¿cuál será la causa de que aparezca bastante más oscura de lo que debería, siendo parte de la parte continental de la Luna? Podemos responder que esto se produce porque la “Terra Lunae”, más que un cuerpo opaco, refleja los rayos del Sol con más eficacia y puede aparecer más brillante, ocultando innumerables y diversísimos montes que, parte en las islas vecinas, parte en la misma Sicilia, en gran número se pueden observar, de los cuales sin duda hay muchos en ese lugar: En verdad cuanto más pequeño sean menos se puede discernir su aspecto. Estos montes, tan cercanos al terminador que proyectan una enorme y oscurísima sombra en éste momento, como en toda Sicilia son innumerables y de diversas alturas, crean una sombra casi continua, que es el motivo por el que vemos a esta ínsula en la más completa oscuridad. A lo que se puede responder: si lo que se refirió tiene fundamento es necesario que Insula Sicilia con Luna Creciente aparezca más clara y luminosa, porque las sombras decrecen en relación a un Sol cada vez más alto; no puede ser de otro modo, como demostraré con observaciones precisas con Luna Creciente y Menguante. De la misma manera, en Luna Creciente la Insula Sicilia es más clara y luminosa y al contrario, en Luna Menguante cada día paulatinamente se vuelve más oscura, como puede verse en las fases 15, 16, 17, 18 y 19.  En Plenilunio y poco después es muy clara. Cuando empiezan las fases decrecientes como la 26, lenta y regularmente comienza a oscurecerse hasta llegar a las fases 34 y 35, cuando aparece nuevamente oscurísima, porque una vez más se encuentra entonces en el terminador. Por esto el terminador por debajo de Sicilia no se observa plano y liso, como se lo observa cuando se extiende por aguas o planicies, sino que cuando pasa por las cercanías de Creta y el Monte Sepher necesariamente es sinuoso”.


Basta una comparación entre la carta lunar que acompaña nuestro capítulo XX (Figura 1), testimonio de la observación lunar del 19 de diciembre de 1643 a las 10.00 pm hora de Danzig, y la imagen obtenida con el software Virtual Moon Atlas, que representa con imágenes obtenidas por la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter la misma fecha y hora de la observación de Hevelius (Figura 2).


Lo primero que impresiona es la habilidad de observación y de dibujo de nuestro autor con telescopio de muy escaso poder resolutivo. Este análisis impresionista resulta confirmado por el estudio de Rodolfo Calanca que muestra que los mapas de Hevelius tienen un error medio de distancia entre cráteres sólo superior al mapa de Geminiano Montanari de 1662, realizado con ayuda del recientemente inventado retículo, son incluso más precisos que los mapas de Grimaldi, aparecidos en 1651 en el “Almagestum novum”, trazados sobre la base de las cartas de Hevelius.
Bibliografía:
Calanca, Rodolfo. La Luna nell’immaginario seicentesco. Parte V. en: www.win.eanweb.com/selenografia_parte_5.htm
Galileo Galilei. Dialogo dei massimi sistemi. Rizzoli Editore. Milano, 1959.
Hevelius. Selenographia. Gdansk. 1647. En: www.e-rara.ch/zut/content/titleinfo/160230

sábado, 6 de octubre de 2018

NUESTRAS OBSERVACIONES EN EL EUROPEAN PLANETARY SCIENCE CONGRESS 2018


Del 16 al 21 de septiembre de 2018 se llevó a cabo en Berlín el Congreso europeo de ciencia planetaria 2018. La magnitud del evento puede deducirse de sus más de mil participantes y del programa de actividades:
El 18 de septiembre hubo una ponencia que nos enorgullece. El Dr. Anthony Cook, profesor del Departamento de Física de la Universidad de Aberystwyth (Gales, Reino Unido), habló sobre “Repeat Illumination Observations of the Moon” (Observaciones de la Luna en condiciones de iluminación repetidas). Como los lectores sabrán, la Luna cambia sus condiciones de iluminación dramáticamente en pocos minutos a medida que la luz del Sol avanza sobre su superficie sin atmósfera, si agregamos los efectos del movimiento de libración y las diferencias entre las observaciones ocasionadas por la distinta ubicación geográfica de los observadores (que para la Luna marca una diferencia), hace que cada observación lunar sea casi única. Observar la Luna en condiciones de iluminación lo más parecidas posibles a una observación anterior es el objetivo del “Proyecto de Verificación/Eliminación de Reportes Históricos de Fenómenos Lunares Transitorios” dentro del “Programa de Detección de Cambios Geológicos Lunares” que llevan adelante la Association of Lunar and Planetary Observers (ALPO), la British Astronomical Association (BAA) y la Aberystwyth University (en Gales), a cargo, precisamente, del Dr. Anthony Cook.
En la ponencia, ilustrada por el power-point que posteamos, A. Cook discurría sobre las ventajas de realizar este tipo de observaciones y sobre la metodología del programa que mencionamos. Nuestras observaciones son reportadas desde agosto de 2015 y contribuyen a los objetivos que se mencionan en la conferencia: analizar observaciones históricas, descubrir estructuras geológicas anteriormente desconocidas y descartar o revaluar reportes históricos de Fenómenos Lunares Transitorios.
Precisamente, una observación perteneciente a Desireé Godoy (Asociación Entrerriana de Astronomía) del cráter Langrenus permite a Cook (dispositiva 5) analizar uno de los reportes de FLT más impresionantes, una observación realizada en 1993 desde el Observatorio de París del cráter Langrenus. Antes de la observación mencionada, nos habíamos ocupado de este FLT aquí:
Pero repetir la observación en las mismas condiciones de iluminación permite a Cook darle a este reporte su verdadero valor: en el momento en que fue observado lo que se reportó como un fenómeno “transitorio” era en realidad la apariencia normal de Langrenus en ese momento de la lunación.
Orgullosos de aporte un granito de arena a la ciencia planetaria, tan subestimada por los astrónomos aficionados fascinados con fotografiar objetos de espacio profundo, bellos pero siempre iguales (salvo las supernovas), seguiremos registrando la siempre cambiante cara visible de nuestro satélite con el celo del observador y los ojos de un niño.
Aquí el power-point de la conferencia: