viernes, 31 de octubre de 2025

MARE NUBIUM Y MARE HUMORUM: DOS NÚMEROS ESPECIALES DE "EL MENSAJERO DE LA LUNA"

 

Amigos de la Sociedad Lunar Argentina;

Compartimos dos números especiales de nuestra revista, dos números dedicados a dos mares lunares con las contribuciones que hicieron nuestros observadores lunares para la Sección Focus On de la revista The Lunar Observer. En el número 55 podrán conocer Mare Nubium y en el número 56 podrán conocer Mare Humorum.

Links para ver y/o descargar:

Número 55: Mare Nubium:

https://drive.google.com/file/d/11Tm6ro4chJllOCb0CNmwldry2d0fDvjr/view?usp=sharing

Número 56: Mare Humorum:

https://drive.google.com/file/d/1h2owUwFwx9NGpL116Vnwhkvw6dZnqaoL/view?usp=sharing

Otros números especiales de “El Mensajero de la Luna” sobre mares lunares:

23: Mare Crisium

https://drive.google.com/file/d/1t2zGKLqxOr8kMilgFbXR7k0RtCCN11DR/view?usp=sharing

43: Mare Nectaris

https://drive.google.com/file/d/1yrZVCOe_00KceBn5J5Eru6_JCjKOyZI0/view?usp=sharing

Todos los números de “El Mensajero de la Luna”:

https://archive.org/details/@sociedad_lunar_argentina


viernes, 24 de octubre de 2025

Bajo la luz de los antiguos: Stöfler, Walter y Regiomontanus

 

(Marcelo Mojica – Club Icarus)

 Hay noches en que el telescopio, por pequeño que sea, se convierte en un instrumento de comunión. Basta un Maksutov-Cassegrain de 90 mm, un cielo despejado y un poco de paciencia para viajar, sin moverse del patio, hacia las cicatrices más antiguas de la Luna. Entre las vastas llanuras del sur lunar —una región compleja y envejecida, llena de sombras y elevaciones quebradas— reposan tres cráteres que cuentan una historia de impactos, tiempo y silencio: Stöfler, Walter y Regiomontanus.

La geografía de los sabios



Fig.1.- Se observan los cráteres Stofler, Walter y Regiomontanus, mostrando sus características tan acogedoras.  Imagen obtenida con un Mak de 90mm y una focal de 1200mm y filtro IR, el 19/ene/24 a horas 01:45 UT con un s= 3/10 y un t= 2/6

 

Estos tres cráteres forman un triángulo reconocible en el cuadrante sur de la Luna, próximos al borde sur del Mare Nubium.

  • Stöfler (centro selenográfico: 41.1° S, 6.2° E)
  • Walter (33.0° S, 1.0° E)
  • Regiomontanus (28.3° S, 1.0° E)

Se encuentran mejor observables entre los días 6 y 12 del ciclo lunar, cuando el terminador —esa frontera de luz y sombra que avanza lentamente sobre el disco— resalta sus relieves con un dramatismo casi escultórico. En esas noches, el Sol rasante ilumina los picos y paredes de los cráteres, proyectando sombras que se alargan como dedos antiguos sobre la superficie. [1]

Walter: el eco de una montaña interior

De los tres, Walter es quizá el más majestuoso. Su borde está erosionado, sus muros parcialmente colapsados, pero en su centro se alza un conjunto de picos centrales impresionantes, producto del rebote del suelo lunar tras el impacto que lo formó hace más de mil millones de años.
El pico central principal alcanza una altura cercana a los 2.7 kilómetros, un coloso diminuto a la escala terrestre, pero imponente bajo la mirada de un telescopio pequeño. Al observarlo, se tiene la sensación de contemplar un altar de piedra, levantado en mitad de un desierto sin aire. En noches de buena estabilidad atmosférica, esos picos parecen encenderse brevemente, devolviendo la luz del Sol como brasas blancas. [1]

Regiomontanus: la herida del tiempo

Más al norte yace Regiomontanus, un cráter de unos 110 km de diámetro, cuyos muros han sido invadidos y rotos por impactos posteriores. El más notorio de ellos es Purbach, que destruyó parte de su borde noroeste, superponiéndose como una ola pétrea que devoró su estructura original.
En su interior se distinguen varios cráteres secundarios, dispersos como memorias de impactos menores. Observarlos con un telescopio modesto es un desafío gratificante: aparecen y desaparecen con los cambios de luz, revelando el dinamismo de un paisaje que, aunque inmóvil, nunca deja de transformarse bajo el juego del claroscuro lunar. [1]

Stöfler: el testigo silencioso

Finalmente, Stöfler, el más antiguo de los tres, muestra las huellas de incontables impactos posteriores. Su borde está fragmentado, interrumpido por una multitud de cráteres pequeños que lo invaden, como si el tiempo mismo se hubiera ensañado con su estructura. El cráter Faraday, por ejemplo, corta su muro occidental, y a su alrededor proliferan decenas de pequeños círculos brillantes que hablan de una superficie castigada por millones de años de bombardeo cósmico.
A través de un modesto telescopio, Stöfler ofrece una lección de humildad: lo que una vez fue un coloso, hoy es un mosaico de heridas superpuestas, un registro geológico del paso de los eones. [1]

El acto de mirar

Observar esta región —la tríada de Stöfler, Walter y Regiomontanus— no es solo un ejercicio astronómico: es una experiencia casi espiritual. Cada noche de observación es distinta; cada sombra, una historia nueva. No importa el tamaño del telescopio, sino la disposición del alma ante el misterio. Cuando el ojo se posa en el ocular y la Luna se revela en matices de gris, comprendemos algo profundo: que, en esa esfera luminosa, tan lejana y tan cercana, está escrita también nuestra propia historia de curiosidad y asombro.

Así que, si la próxima noche está clara y la Luna ronda su primer cuarto creciente, apunta tu pequeño Mak hacia el sur lunar. Déjate envolver por la luz plateada y silenciosa, y contempla —aunque sea por unos minutos— el testimonio de los siglos grabado en la piedra sin aire.
Porque mirar la Luna no es solo observar: es recordar que el Universo aún nos invita a sentir.

Bibliografía

1.      Virtual Moon Atlas V8.2.  Freeware.

Aclaración:

En el Virtual Moon Atlas existe un otro cráter, que es pequeño, denominado “Walter” en Mare Imbrium, el que se nombra en éste artículo está como “Walther” en dicho Atlas.

 

jueves, 23 de octubre de 2025

LA LUNA DESDE POPAYÁN

 Jairo Andrés Chavez Estupiñan sigue reportando sus estupendas imágenes desde Popayán, Colombia, para nuestros programas de observación:










lunes, 13 de octubre de 2025

LA LUNA DESDE FORMOSA

 Desde Formosa, Argentina, el Prof. Dr. Raúl Podestá continúa reportando estupendas imágenes lunares desde el Observatorio Nova Persei II:











jueves, 9 de octubre de 2025

PEQUEÑAS DEPRESIONES CON FORMA DE COMETA

 


Traducción del texto aparecido en la edición de septiembre 2025 de The Lunar Observer

Es sorprendente la cantidad de pequeñas formaciones selenográficas que se pueden distinguir si hacemos un poco de zoom en cualquier imagen lunar, o cuando analizamos alguna imagen obtenida en órbita lunar. Es como asomarse a un mundo distinto. Estoy seguro que el lector alguna vez habría visto en algún rincón lunar una formación similar a las vemos en IMAGE 1, que fue tomada de la filmación (minuto 0.53) de la cámara a bordo del lander indio Vikram descendiendo cerca del cráter Manzinus U el 23 de agosto de 2023 (el video se encuentra en Youtube, se llama Chandrayaan 3 landing-Onboard camera view (https://www.youtube.com/watch?v=IhTQ6bNuP8c&t=56s). Hace un par de años, en el número de octubre 2023 de The Lunar Observer, publicamos algunas imágenes que extrajimos de este mismo video con el texto “Travelling with the Vikram lander”, una de ellas correspondía al minuto 0.53 y nos preguntábamos por la formación que en ella se veía. Dos años después, revisé dicha filmación para hacer la comparación que presentaré a continuación, y unos segundos antes aparece una formación ¡exactamente igual! En IMAGE 1 las vemos juntas. ¿Se trata de cráteres? ¿Depresiones? ¿fuentes de lava? ¿cadenas de cráteres de impacto?









Danny Caes realizó una investigación en el magnífico sitio web The Moon sobre lo que denominó "Cúmulos de cráteres pequeños y pequeñas depresiones extrañas" (https://the-moon.us/wiki/Curious_crater_clusters ). Existe una serie de cúmulos de cráteres que simplemente se agrupan debido a su forma inusual, susceptible a la pareidolia. Entre ellos, hay varias formaciones que parecen ser depresiones con forma de cráter o cráteres alargados de formas muy extrañas, en lugar de cúmulos”. De este interesantísimo catálogo seleccionamos una formación que es increíblemente parecida a las dos formaciones que vemos en IMAGE 1. Se trata de The Guitar (or Bottle): ligeramente al noreste de Fedorov (entre Fedorov y Mons Delisle) se encuentra una curiosa depresión con forma de guitarra o botella. Esta "Guitarra"/"Botella" fue fotografiada durante la misión Apolo 15 con película Hasselblad en blanco y negro: 
AS15-92-12470 and AS15-81-10983”. IMAGE 2 es un detalle de la segunda imagen citada de Apolo 15. ¿Se ven parecidas las formaciones que se ven en IMAGE 1 con la que se ve en IMAGE 2? IMAGE 3 las muestra en paralelo. Las flechas grises muestran un primer componente, lo que parece un cráter, o al menos es circular, el segundo componente es una formación alargada, las flechas negras muestran la pared más definida de ese pequeño ¿canal? La diferencia entre las dos formaciones que se ven en la imagen de Vikram y la “Guitarra” que se ve en la imagen de Apolo 15 parece ser que en ésta última las dos paredes del segundo componente parecen más similares entre sí, mientras que en las formaciones paralelas que se ven en IMAGE 1 tienen una pared más definida (que proyecta sombra) y una segunda que parece menos escarpada y más irregular. IMAGE 4 es una captura de la zona de Mare Imbrium correspondiente a donde se encuentra “La Guitarra”, del Lunar Reconnaissance Orbiter Quickmap, entre los cráteres Delisle y Fedorov (en el medio se encuentra Mons Delisle). Se puede ver fácilmente que es una zona con abundancia de formaciones volcánicas, específicamente de rimas y de domos. El estudio “Refined thorium abundances for lunar red spots: Implications for evolved, nonmare volcanism on the Moon” (J. J. Hagerty et al, 2006, https://doi.org/10.1029/2005JE002592 ), analiza la distribución espacial del thorium (Th) en la superficie lunar para estimar la abundancia de lo que se conoce como “lunar red spots” (zonas rojas lunares): “una clase de anomalías espectrales en la cara visible de la Luna que se caracterizan por un albedo alto y una fuerte absorción en el ultravioleta (…) ubicadas en una variedad de entornos geológicos y comúnmente aparecen como domos, unidades de llanuras suaves y parches de tierras altas escarpadas”. Una de las zonas analizadas es la de los domos de Gruithuisen, donde está The Guitar, entre Mons Delisle y el cráter Fedorov: “Los resultados de este estudio se pueden combinar con evidencia morfológica y compositiva preexistente para sugerir que (…) los domos de Gruithuisen (…) son construcciones volcánicas silícicas, no maria, similares en naturaleza a los domos de riolita terrestres. Proponemos que la inmiscibilidad líquida de silicato o, más probablemente, la subcapa basáltica podrían haber producido domos de riolita lunar. Por lo tanto, los datos del Lunar Prospector presentados en este estudio proporcionan nueva información sobre la gama completa de procesos volcánicos y de la corteza que podrían haber ocurrido en la Luna”. Esto confirma que la zona donde aparece The Guitar es de gran actividad volcánica. The Guitar no es la única formación extraña en esta pequeña área de los domos de Gruithuisen, también lo son las dos formaciones al norte y al sur: “Desafortunadamente, se sabe muy poco sobre la formación Fedorov o el Mons Delisle. Una imagen de la misión Lunar Orbiter muestra que el Mons Delisle no presenta características volcánicas clásicas; sin embargo, la porción suroeste del Mons Delisle se ha cartografiado como material de domo volcánico rugoso”. Más extraño que el Mons Delisle es ¿cráter? Fedorov: “La formación Fedorov contiene el cráter Fedorov, así como una montaña de 6 km de diámetro a la que llamamos montaña Fedorov. El cráter Fedorov tiene una forma de cuña inusual y carece de un borde elevado, lo que indica que la depresión es en realidad un cráter de mare endógeno. Inmediatamente al norte de esta depresión se encuentra la montaña Fedorov, que se eleva unos 0,6 km por encima del mar circundante y 0,8 km por encima del fondo de la depresión Fedorov”. The Guitar sería similar al “cráter” Fedorov, en cuanto Fedorov parece ser una depresión más que un cráter. ¿Compartirán origen volcánico? Parece que sí, de hecho, hay otras dos formaciones que presentan cierta similitud con The Guitar, una pequeña muy cerca al este y una mucha más grande al norte (IMAGE 5, LRO Quickmap).

Podría ser que las 3 formaciones que analizamos con forma de cometa (un componente circular que sería la coma y un componente alargado que parece una cola), esto es, las dos que aparecen en IMAGE 1 en la filmación del lander Vikram y The Guitar, fueran similares morfológicamente y compartieran un probable origen volcánico. Lamentablemente de las formaciones gemelas que muestra Vikram no conocemos nada, solo que razonablemente están cerca de la zona de alunizaje, cerca de Manzinus U, en las tierras altas de la zona cercana al polo sur. Y es una zona muy distinta geológicamente de la zona en la que está The Guitar, no volcánica. No habría argumentos geológicos, en principio, para la comparación, que solo se justifica por la similitud de formas (que no es poco, ya que son muy similares). Cerramos esta comparación con un primer plano de The Guitar (del LRO Quickmap, una vez más). En IMAGE 6 vemos que el componente circular guarda cierto parecido con una fosa de las que se sospechan ser el acceso a un tubo de lava, parece que la pendiente llena de rocas sueltas llevara hacia una hondanada en sombras. En IMAGE 7 hacemos una comparación entre IMAGE 6 y la imagen de una fosa reconocida como tal, la Sinus Iridum Pit (página 19 del Lunar Reconnaissance Orbiter Camera Catalog of Lunar Pits, R.V. Wagner, M.S. Robinson, and the LROC Team Version 1–March 2021, disponible en https://lroc.im-ldi.com/atlases/pits/list ). Nada nos impide soñar con que The Guitar sea una rampa, o incluso que lo sean también las dos formaciones que se ven en la cámara de Vikram. Es interesante notar que la descripción que da el Catalog de la Sinus Iridum Pit podría aplicarse a las formaciones que comparamos: “(…) depresión de ~1,3 km de largo (no está claro si se trata de una catena degradada, algún otro tipo de depresión o una ilusión)”.

lunes, 6 de octubre de 2025

VITELLO: LA JOYA ESCONDIDA EN EL BORDE DE MARE HUMORUM

 (Marcelo Mojica – Club de Astronomía Icarus)

 

Hay noches en las que la Luna parece mirarnos con un guiño especial. Entre los infinitos cráteres que adornan su rostro, uno de ellos espera silencioso, casi discreto, pero lleno de secretos que recompensan al observador paciente. Su nombre es Vitello, una formación de 41 kilómetros de diámetro que se recuesta en el sur de Mare Humorum, como un recuerdo antiguo de impactos titánicos y fuerzas interiores que aún resuenan en la imaginación humana. [1]

Fig.1.- Se observa a Vitello con su “meseta interna”, sobre la cual se destacan sus picos centrales. Imagen obtenida con un Mak de 150mm de apertura a F/12, con filtro UV, IR de Baader en fecha 2025/Ago/05 a horas 23:05 UT con s=6/10 y t=4/6

 Un escenario de historia cósmica

Vitello nació hace cerca de 3.8 mil millones de años [1], en los albores de la Luna que hoy conocemos. Su origen fue un impacto meteórico formidable, pero su vida no terminó en ese instante. La Luna seguía viva en su interior y, en algún momento, fuerzas ocultas hicieron que su piso se fracturara y se elevara, creando un anillo interno y un montículo central que parecen contar una historia de luchas y movimientos subterráneos.
Observar Vitello es asomarse a una época en que el Sistema Solar entero era un hervidero de rocas y fuego, cuando cada cráter era una chispa de creación.

El placer de observarlo

La belleza de Vitello no exige grandes instrumentos. Fig.1. Con un pequeño refractor de 50 mm ya se intuye su contorno, pero un telescopio de 150 mm o más revela su verdadera riqueza: los picos centrales iluminado como un faro, los anillos internos que parecen ondas de piedra, las fracturas que cruzan el piso como cicatrices de un tiempo remoto.
El mejor momento para buscarlo llega tres días después del Primer Cuarto o dos días después del Último Cuarto, cuando el Sol lunar ilumina de costado y las sombras resaltan cada relieve. Es entonces cuando el corazón del observador late un poco más rápido, al reconocer que lo que mira no es solo una imagen, sino un relato geológico que ha sobrevivido miles de millones de años. [1]

El relieve que conquista la mirada

Basta un telescopio modesto para percibir que Vitello no es un cráter cualquiera. Sus paredes elevadas, que se alzan más de 3.2 kilómetros sobre el piso, muestran una silueta quebrada por pequeños cráteres secundarios, como el diminuto Lee M en el noroeste. En su interior se destaca un pico brillante (de cinco) que se yergue orgulloso, recordando que la Luna también sabe esculpir montañas. El suelo, lejos de ser plano, parece un paisaje atormentado, con fracturas y anillos concéntricos que delatan un pasado de presiones internas. [1]

Cuando el terminador —la frontera entre la noche y el día lunar— acaricia la región de Humorum, las sombras alargadas dibujan estas estructuras con una nitidez casi mágica. En esos momentos, Vitello deja de ser solo un nombre en un mapa: se convierte en un escenario de luces y sombras que respira ante nuestros ojos.

Un nombre con herencia de luz

Vitello lleva el nombre de Erazmus Ciołek Witelo Fig.2. filósofo y astrónomo polaco del siglo XIII que dedicó su vida al estudio de la óptica. Qué hermoso homenaje: un cráter que juega con la luz y las sombras, nombrado en honor de un hombre que buscó comprender sus secretos. Al contemplarlo, sentimos la continuidad entre las mentes que exploraron el cielo en la Edad Media y nuestras propias miradas modernas. [1]

Fig.2.- En una página de su manuscrito, puede verse una miniatura de Vitello [2]

 Invitación a la aventura

Cuando la próxima Luna creciente se eleve sobre el horizonte, prepara tu telescopio, tus binoculares o incluso tu cámara fotográfica. Busca el suroeste del disco, localiza la elegante cuenca de Mare Humorum y deja que tus ojos se deslicen hacia el sur. Allí, Vitello te estará esperando, como un susurro del pasado que se vuelve presente. Fig.3.

La experiencia no es solo científica: es profundamente humana. En cada cráter, en cada sombra, late la certeza de que el universo es antiguo, vasto y, sin embargo, cercano. Al observar Vitello, sentimos que nuestra mirada une los siglos: desde los primeros astrónomos que lo nombraron hasta los exploradores del futuro que quizá lo pisen.

Una noche para recordar

Sal, respira el aire frío de la noche, siente el peso de las estrellas y la luz de la Luna acariciando tu rostro. Apunta tu telescopio y deja que Vitello te cuente su historia. En su anillo interior, en su montaña central, en las fracturas que cruzan su piso, hay poesía grabada en roca. Observarlo es más que un acto de curiosidad: es un diálogo silencioso con la eternidad.

 La próxima lunación es tu oportunidad. No dejes que Vitello siga siendo solo un nombre en los atlas: conviértelo en una experiencia, en una imagen propia, en un recuerdo que te acompañe cada vez que mires hacia la Luna. Porque en cada noche de observación, el cielo no solo revela sus secretos… también despierta los nuestros.

Fig.3.- Se observa al cráter Vitello al Sur de “Mare Humorun”, hacia el Sud-Oeste de la Luna. Virtual Moon Atlas. [1]

Bibliografía

1.    Virtual Moon Atlas.  Software gratuito.  Descarga en: https://1-ap--i-net.translate.goog/avl/en/download?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=tc&_x_tr_sch=http&_x_tr_enc=1

https://en.wikipedia.org/wiki/Vitello