Un lugar común de la astronomía desalienta la observación
lunar de la Luna llena. El que sigue ese lugar común se priva de una de las
grandes maravillas selenitas: los cráteres con rayos brillantes. Estos rayos
consisten en material eyectado por el impacto que creó el cráter. Algunos rayos
son simplemente material de las tierras altas (más claro y compuesto por un
tipo de roca llamado anortosita) removido y eyectado por el impacto. Su
luminosidad se debe al mero contraste de
la anortosita con el basalto oscuro de las zonas llanas conocidas como
mares. Otros rayos son polvo fino
proveniente de rocas destruidas por el impacto que refleja más efectivamente la
luz solar. Todos se observan con más nitidez cuando la luz solar incide
directamente sobre ellos.
Como los rayos lunares se van borrando con el tiempo por
la acción del llamado “clima espacial”, la presencia de rayos implica que el
cráter es joven.
El lector seguramente conocerá los cráteres con rayos
brillantes más espectaculares, por su “juventud” en términos geológicos:
Copernicus, Tycho, Kepler, Aristarchus.
Le presentamos a uno de los cráteres más brillantes y
desconocidos: Byrgius A. Tiene un diámetro de 17 kms, pero sus rayos alcanzan
distancias de hasta 300
kilómetros , aunque son cortos para la media de los rayos
lunares. Lo que lo caracteriza es su perfecta simetría “de material salpicado”
alrededor del cráter.
Esta fotografía, reportada a ALPO, fue obtenida por los
Observadores Lunares de la Asociación Entrerriana de Astronomía desde su
observatorio de Oro Verde el 30 de abril de 2016 a las 09.02 UT con un telescopio
de 250 mm .
Schmidt-Cassegrain (Meade LX 200) y una cámara QHY5-II.
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