Tycho, con sus 85 kilómetros de diámetro,
es uno de los cráteres de impacto mejor preservados y el centro del más
prominente sistema de rayos (formados por las eyecciones de material) de la
superficie lunar, que se extienden hasta la increíble distancia de 1.800 kilómetros.
Pero los rayos de Tycho, una postal lunar que todos conocemos, son visibles con
Luna llena (desmintiendo la falsa idea de que con Luna llena no hay nada para
ver), ya que con el Sol iluminando oblicuamente la superficie lunar, ya no
vemos los rayos sino un abismo de casi 5000 metros de profundidad y sus picos
centrales.
Aristarchus es tan brillante que suele ser el único accidente lunar
visible en la luz cenicienta y sus rayos se extienden también por centenares de
kilómetros.
Pero cuando el terminador pasa cerca de Aristarchus, lo que vemos se
parece más a un profundo anfiteatro, un abismo de oscuridad en contraste con el
intenso brillo en forma de arco que presenta una de las terrazas exteriores.
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