lunes, 21 de enero de 2019

UN MAPA DEL SUELO DE SCHICKARD


Traducción del artículo aparecido en la página 17 de la edición de enero de 2019 de "The Lunar Observer".


La tan denostada Luna llena ofrece paisajes únicos e interesantes. A colongitud 87.5º, los detalles son muy escasos y el brillo de la luz solar frontal dificulta a los poco versados en la astrofotografía calibrar bien para evitar el brillo excesivos. Pero es una gran oportunidad para observar las esquivas manchas oscuras del suelo de Schickard. Este antiguo cráter, una vasta planicie amurallada de 206 kilómetros de diámetro, tiene un suelo dividido en 3 regiones que parecieran marcar las fronteras entre las provincias de un imaginario estado (y de hecho las dimensiones gigantescas de Schickard lo permitirían).  Schickard es un cráter muy antiguo-prenectariano-, como se ve por sus murallas poco elevadas por la constante erosión del clima espacial. La zona central iluminada está cubierta por el material más antiguo, expulsado por el impacto que originó el bastante alejado Mare Orientale (en el borde de la cara oculta) en era Imbrica. En el borde este de Schickard se puede distinguir la zona más brillante de la imagen, el cráter Schickard X. En esta zona central se distinguen áreas parcialmente inundadas por la lava que formó la zona oscura al norte.
La franja norte de suelo oscuro es considerablemente más grande que la franja sur. En la franja norte se pueden observar algunas pequeñas manchas brillantes y varios pequeños cráteres secundarios e incluso los detalles de uno de ellos (en el extremo norte, cuyo nombre no conseguí averiguar) son distinguibles incluso con luna llena. En la franja de suelo oscuro ubicada en el sur del cráter es mucho más difícil distinguir cráteres de impacto, por lo que podríamos presumir que es la zona de geología más reciente. Ambas franjas oscuras corresponderían a erupciones volcánicas posteriores a la conformación del suelo más claro de la zona central que habrían originado un fluido de basalto de baja viscosidad, con bajo contenido en silicatos y alto contenido de hierro y titanio, muy similar al material de los mares.  La fuente  de la lava que formó estas zonas oscuras más recientes provendría del cráter Lehmann, según el gran especialista en el cráter Schickard, Keith Abineri (“The floor of the lunar cráter Lehmann and the extreme northern dark floor of Schickard base don Orbiter IV HR160/2 microfilm”, en “Journal of the British Astronomical Association”, 100, 5, 1990).

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